Tarefa, muita tarefa!
Ahora sueño con no acabar la tarea :P
Cada día soy más lista ¬¬
Martes: cena de cumpleaños de Sol; contra todas las advertencias comí un pan con queso de cabra y jitomate confitado. Mala decisión, no pude dormir y reconozco que debí hacerles caso...
Miércoles: confieso que, contra todas las indicaciones médicas, comí una barra de chocolate... pésima decisión...
Resultado: No he dormido en dos días. De por sí ya tenía problemas en ese departamento...
"El dolor es una capacidad humana. Es una fuerza arrolladora que nos obliga a crecer."
Sueño uno.-
Él está dentro de un elevador que es naranja por dentro mientras yo lo observo desde afuera, me pide que suba, le digo que no puedo, que a mí me dan miedo, mucho miedo los elevadores, me pide que confíe en él y me extiende la mano. Yo entro y las puertas del elevador se cierran. En cuanto esto pasa, el elevador comienza a encogerse y al mismo tiempo empieza a girar y a moverse como si fuera una minirueda de la fortuna vuelta loca. Yo estoy muy asustada, lloro, me trato de sostener de donde puedo mientras él me ve, impasible.
Sueño dos.-
Estoy manejando por la ciudad. Supongo que me acaba de pasar algo malo porque estoy golpeada, además de perdida y llorando, aunque no sé bien por qué. Encuentro un centro comercial bastante grande y me estaciono ahí mientras me tranquilizo y me trato de ubicar. Me lo encuentro sentado en una banca leyendo el periódico, me acerco, le cuento lo sucedido y le pido que me pase crédito para poder marcarle a mi mamá porque de verdad necesito hablar con ella. Él me ve y me dice "Uuuy, es que eso de pasarte crédito cuesta dinero, ¿sabes?" y me deja llorando en la banca.
Sueño tres.-
Hay un temblor en la ciudad, todo está destruido. Yo iba de su mano cuando empezó a temblar, él me echó al suelo, se puso sobre mí con los brazos alrededor de mi cabeza y me protegió de todo. Le cayeron decenas de cosas encima, está raspado, herido y sangrando, pero sonríe y me dice que lo único que le importa es que yo esté bien. A mí no me pasó nada, ni un rasguño, él me cuidó bien. Le digo que tengo que ir a mi casa, que tengo que ver cómo está mi familia, él me dice que sí, que él me llevará y me vuelve a tomar de la mano mientras caminamos entre escombros. Llegamos a una especie de barranca muy profunda que tiene unas escaleras empinadas, brutalmente empinadas y él me dice que por ahí es la única manera de llegar a mi casa. Comenzamos a bajar y de pronto me empuja por las escaleras mientras grita: "no creo estar tan seguro de que sea conveniente ir". Se da media vuelta y comienza a subir mientras yo caigo.
Y ha habido tantos así las últimas semanas que cuando logro conciliar el sueño es peor.
Ya sé que soy una jota, ridícula, marica, nena y lo que quieran, pero a mí se me rompe la estructura tan fácil...
Mi nueva escuela me encanta. Es un espacio de libertad y de felicidad casi tan grande como el kinder o los juegos en el recreo.
Es como perder el pasado entre gente que no sabe ni entenderlo, como perder la esperanza entre personas que no saben qué significa...