Reencontrando amigos.

Es bueno reencontrarse con viejos amigos, sobre todo cuando ambos han crecido lo suficiente como para poder decirle sus defectos a la otra persona a la cara y después poder darse un abrazo y decir entre lágrimas y risas "Ya crece, wey". Pero es aún mejor poder separarse sabiendo que la próxima vez que se vean podrán encontrarse más defectos.