YA




Te había dado mi vida engalanada con estrellas, te regalé mis ojos cubiertos con sonrisas y te ofrecí mis sueños dispuestos a acompañar a los tuyos. Te había regalado mis mordidas, mis labios y mis caricias, pero ¿quién te dijo que te daba mis tristezas? Mis tristezas son mías ¿por qué me las reclamas?

Te regalé altares entre mis pechos y playas entre mis piernas pero te los dí porque yo quise.

No puedes pretender barrer mis llantos, te regalo mis sonrisas pero nunca mis profundidades. Me pregunto ¿me sigues viendo como alguien a quien curar? ¿Crees que es tu trabajo eliminar dolores? Yo nunca te pedí tu corazón para abrigar mis sentimientos.

Hablas muy bien pero actúas muy mal, eso es lo terrible de tí. Ya no quiero gastar mis mentiras con las tuyas; no quiero engañarme con tus sonrisas aunque me hagan la vida más dulce.

No soy uno de tus proyectos por cumplir, no soy una tristeza por consolar, no soy un conjunto de obsesiones por disipar... soy sólo yo, y defenderé ser yo con mi vida y mi corazón.