Yo
Soy una irrespetuosa.
Tal vez por eso pido tanto respeto.
Y de pronto te hago caer y no espero que te levantes. Al contario, me dan unas ganas inmensas de enterrarte un tacón en la carota.
Pero claro, no puedes confiar en mis deseos destructivos, siempre los domesticas con algunos besos.
Tienes las manos llenas de navajas y la lengua ardiente.
Yo me aferro a mi vida con la violencia y el arrebato de los sentimientos que traigo en ese momento cruzados en el pecho.
Tal vez por eso mi vida es sorpresiva y violenta. No podría haber manera en que saliera bien librada de lo voluble que soy.