De funerales


El papá de una amiga murió en la madrugada, un infarto mientras dormía... Ella dice que su papá murió tranquilo y que está sonriendo (en serio, que parece que sonríe), yo no he podido sacarme de la cabeza a Marías y su maldita frase de que no hay muerte más triste y solitaria que aquella que pasa mientras duermes y ni siquiera tú te das cuenta de tu propia muerte.

Los funerales son tan distintos en cada familia, a mí no me afectaban nadita los funerales porque los de mi familia son como un cafecito entre cuates, no sé si a nadie le cae el veinte rápido o si tenemos otra concepción sobre la muerte, pero el chiste es que todos mis funerales habían sido bien light, con bromas y chistes y café y muchos cigarros y de vez en cuando alguna lagrimita pero sin drama. Incluso cuando murió mi papá mi hermana y yo nos fuimos (por recomendación de la mamá) a tomar café con mis primos postizos. Mi hermana y yo ya teníamos edad suficiente para hacer de ese acontecimiento un drama (ella tenía 18 y yo 15 recién cumplidos), pero ninguna de las dos lo hizo, por el contrario, estábamos muy zen. Ayer todo mundo lloraba como magdalena y a pesar de que amo locamente a mi amiga a mí me invadieron unas ganas locas de irme de ahí, esa incomodidad de no saber qué decir... no sé. Cuando mi papá murió todo mundo me preguntaba "¿Cómo estás, chiquita?" y yo sabía que era más una formalidad que otra cosa y también sabía que no pasaba nada, en realidad, así que me limitaba a sonreír y contestar "bien, gracias... ¿quieres algo de tomar?". Ayer cada que alguien preguntaba "¿Cómo estás?" Los berridos y las quejas no se hacían esperar y no paraban, era como abrir una regadera difícil de cerrar.

No sé, tal vez haya algo mal conmigo o con mi familia pero los funerales siempre son más lights en mi familia (y miren que he tenido entre dos y tres al año desde hace 8 años, sin podernos llevar uno en blanco).

Un día, hace algunos años, yo le decía a mi mamá que para mí era preferible haber tenido un papá maravilloso algunos años y ahora tener un papá muerto que haber tenido (o seguir teniendo) un papá mediocre. Ella me decía que yo era demasiado fría, yo creo que más bien era demasiado honesta.

De los muertos todos quieren hablar bien cuando pertenecen a su familia, ahora resulta que alguien que te hizo sufrir de mil maneras distintas y a quien odiabas en vida es casi casi santificado tras su muerte.

Ash, no sé, tal vez soy una retardada social pero yo no entiendo.