Tú y yo


Tú y yo tenemos una relación rara. En éste mundo en el que muchos han convertido al amor en una obligación a nosotros nos gusta hacerlo nada más porque sí, nos fascina despertar mientras lo volvemos a hacer sólo por divertirnos y practicamos juegos de preámbulos aunque no nos lleven a ninguna parte.


Aún así, tenemos un gran defecto; nos hacen falta recato y precaución. No mostramos pudor alguno en vestir al otro con besos en mitad de un paseo entre árboles, tampoco mostramos el mínimo decoro al cubrir con caricias el expuesto espíritu del otro en un elevador que conduzca al paraíso con hamacas, mucho menos tenemos la precaución de desnudar los sentimientos cuando estamos solos. Por el contrario, gozamos haciendo a los demás saber que nos amamos; en verdad disfrutamos preguntándole a las personas frente a nosotros si se nota la grandeza del sentimiento que nos une... a tí y a mí nos hace falta precaución para que la policía no nos diga que al resto del vecindario le molesta decir amarse para darse cuenta, al vernos, que no saben nada del amor, que no lo conocen ni lo pueden hacer como tú me lo haces a mí ni como yo te lo hago a tí.