"Mi" Esperanza



Hoy quiero hablarte de mi esperanza.


Graciosa palabra esa, "esperanza", pero más gracioso aún es querer ponerle un posesivo antes. La esperanza no es mía, es de los demás porque en ellos se sostiene. No importa que yo la sienta, siempre son los demás los que la inspiran y eso la convierte, automáticamente, en algo ajeno a mí.

"Mi" esperanza no es color verde, como se supone debe ser. "Mi" esperanza es en veces amarilla y en veces rosa mexicano. "Mi" esperanza es positiva, risueña, ilusa y atrevida, y cuando esa esperanza es por tí, se viste de granada y danza como el fuego con el dolor de una pasión.

La verdad es que la esperanza en esta relación no es siquiera tuya, aunque tú la alimentes, la esperanza de que esta relación funcione es exclusivamente de la misma relación. Es ella tratando de defenderse, intentado vencer todos los miedos que la quieren aniquilar, aferrándose con fuerza a cuanto medio para sobrevivir encuentra. Al fin y al cabo, es ella sujetándose a la vida.

Y tú no tienes una idea de cuántos esfuerzos hago para ayudarla a mantenerse viva.