Receta de mamá III
MR! me dijo que a veces me adueño por completo de la situación y se me nota una seguridad apabullante. No sé de dónde lo saca si justo en su compañía yo soy el copiloto, no sé, cierro los ojos y me dejo llevar. Me dijo que disfrutara el viaje, entonces. Lo hago, de hecho lo hago. Sólo quiero saber a dónde es. Igual y ese es el pedo, me impresiono y quiero saber el destino sin haber puesto en marcha la maquinaria. Aunque bueno, también hay que reconocer que estoy llena de virtudes, no espero nada. No me importa cómo llegar ni si hay viaje de vuelta.
Mi ego y yo decidimos que no funciono antes de las 11 de la mañana. Soy un pequeño asno si me despierto temprano.
Ayer me estaba congelando a media tarde. Hoy a las seis de la mañana tenía calor. Creo que me descompuse.
Mi clase de economía (la inscrita) es totalmente ineficiente... tengo que entrar a otra de oyente para poderla hacer porque de plano mi profesor es eeewww.
Quiero un sombrerito rojo coolturoso. Una amiga tiene uno verde y otro amigo tiene otro gris. Yo deseo uno rojo... o negro, ya de perdis. De verdad lo deseo.
He estado leyendo mucho y escribiendo poco, supongo que en algún momento esa etapa se revertirá. Ya extraño escribir algo en forma.
Ya me voy, esto es un champurrado espantoso.