Café


Si hay algo que amo con todas mis fuerzas es el café. Yo puedo dejar de comer o de fumar pero no de tomar café. No soy de las personas que toman una taza en la mañana y otra en la noche, no, no, no, yo soy de las que toma café todo el día y mis capuchinos son con cinco o seis shots de express. En mis mejores épocas tomaba unos seis o siete litros diarios. Incluso ahora, cuando no tomo café me entra un síndrome de abstinencia bárbaro. Dejando esto claro sólo me reiré un poco de todos aquellos médicos que insisten en que lo deje de tomar.

Prrrrt.