La señora de...

Es raro esto de pertenecerle a alguien. No en un sentido peyorativo o de perder tu individualidad sino el ser la mujer de alguien. Me gusta, me acomoda, me hace sentir feliz y fuerte e invencible y muy pero muy deseosa de continuar así.

Por el momento todo es felicidad, supongo que es lo que todos definen como "luna de miel" aunque no haya paisajes exóticos ni playas vírgenes (por mi alergia y nuestras obligaciones, sobre todo nuestras obligaciones), pero se siente tan bien ser su mujer...

Hoy estábamos comiendo y le dijo al mesero "y para mi señora..." y contrario a lo que siempre había proclamado, no se la armé de pedo...