HEY, MR. II
Y tiene una facilidad increíble para hacerme reír y una disposición tremenda para recibirme, dormida, entre sus brazos. Me obsesiona lo poco que le escribo y me obsesiona mucho más la razón por la que no lo hago. Me gusta cómo se aflige por mí y le creo cuando me dice, sin besarme, que me quiere. Respeta mis manías, mis obsesiones y mis espacios, especialmente mis tiempos. Y a veces no sé cómo quererlo tanto.
Y es bonito ser una yo enamorada de un él tan maravilloso.
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