De sangre y de flores

Hay días en que una tiene que sacar las perversiones, días en los que tenemos que dar rienda suelta a los instintos primarios que nos ayudaran a subsistir por años. Siempre he creido que la agresividad es uno de esos instintos, pero, a diferencia de los demás, la agresividad nos da un placer tremendo, una superioridad palpable.
Hoy es uno de esos días en los que quisiera retorcerle el cuello a alguien, méterle el pie a un niño para que tropiece, ser deliberadamente grosera con la gente y patear a mis vecinos. Hoy es uno de esos días en los que quisiera mentársela hasta a mis amigos y todo por éste jodido día de perros.