Argh


Justo cuando me entran las ganas de pisar a fondo el maldito acelerador ante el anuncio de curva peligrosa aparece el jodido copiloto a meter el freno de mano.

Al principio pensaba que era por mi bien, ahora tengo esta obsesión por pisar el acelerador sin copiloto, no sé, tal vez con algún cómplice en una pista de carreras.