Vicky
A veces caigo en cuenta de que en todo este proceso de autoconocimiento que traigo ahorita he vuelto a Víctor mi centro, una especie de piedra angular que me dice por dónde sí y por dónde no, qué puedo apostar y qué no, qué cosas apuesto para que se jodan y cuáles debo apostar para que se multipliquen, alguien que me jala las orejas y me obliga a aventarme cuando no soy capaz de obligarme yo misma a hacerlo. Y yo que ya quería creerme acostumbrada a que la voz que me obligaba a aventarme era la mía y no la de alguien más... Y no me logro decidir entre si está terriblemente mal o sólo mal. Vamos, está claro que se me da eso de volverme emocionalmente dependiente por momentos y no creo que sea bueno, ni justo, ni nada agarrármelo a él de punto de apoyo y al mismo tiempo de palanca. Además no soy el tipo de persona que puedas agarrar de protegida; soy más perro callejero que faldero. Siempre estoy viendo cómo sacar ventaja de las situaciones y me entrego a lo que creo sin medidas ni reservas sólo para luego decidir que la neta no quería eso sino otra cosa totalmente distinta. Y bueno, los protegidos no deben andar enviando a la basura todo lo que sus protectores les dan sólo porque "la neta no era lo que quería". Eso es mucho de lo que pasa conmigo, no es que no sepa qué quiero, siempre he sabido qué quiero, la cosa es que quiero cosas distintas a cada rato.
O tal vez es sólo que me da miedo darme cuenta de que en algún momento lo puedo hartar de tanta pinche complicación y chaqueta mental. Porque si algo me queda claro es que yo no podría andar de protector de alguien de mi calibre. Es más, tal vez ni siquiera sería mi amigo, mi cuatito sí. Debe ser muy divertido ser mi cuatito cuando me entra el desmadre y las manías. Es más, estoy convencida de que hasta mis compulsiones y mis obsesiones son divertidas. Pero ya me desvié, lo que quería decir es que creo que sería muy cansado y terminaría mandándolo al diablo en poco tiempo. Cada vida tiene su propia complicación como para que una pinche loca venga a aventarme las suyas y usarme de avión. O de escalerita.
Y yo no soy fan de las escaleras.
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